Avalada por su éxito anterior con "Nowhere To Hide" (1999) el director pretende con "Duelist" renovar el cine romántico de cables y espadas que impulsara fuertemente en su dÃa "Bichunmoo" (2000) de Young-jun Kim. Pero a dÃa de hoy este género ha comenzado a estancarse y a caer en clichés romanticones de comercialidad fácil.
Por eso Lee Myung-se ha intentado ofrecer algo supuestamente diferente. Romanticismo mezclado con una historia policÃaca de artes marciales y con un fuerte contenido erótico metafórico que busca mezclar su bella fotografÃa colorista con danza y esgrima al son de una estupenda banda sonora.
La joven policÃa Namsoon, interpretada por la actriz Ji-won Ha, y su padre adoptivo también policÃa, el veterano Sung-kee Ahn, investigan un caso de circulación de monedas falsas en un momento crÃtico del paÃs. Un espadachÃn enmascarado parece estar relacionado. La policÃa Namsoon, algo bruta y marimacho, descubre que se trata del atractivo guardaespaldas del ministro, un tipo guapo, misterioso y callado a niveles autistas. En su investigación, tras enfrentarse en combate al misterioso hombre al que llama Ojos Tristes, los sentimientos empiezan a aflorar confundiéndola y haciéndola dudar de su deber. Namsoon se encontrará en conflicto entre su deber y sus sentimientos y tarde o temprano deberá tomar una decisión de la que depende el futuro del paÃs.
Humor absurdo y una narrativa desacostumbrada en pelÃculas de este género hacen de "Duelist" una pelÃcula curiosa como mÃnimo hasta la mitad de sus 113 minutos. Pero a pesar de lo pretendido por su director la pelÃcula acaba adentrándose en esa serie de clichés dramáticos y románticos tópicos en este género y que no acaban de cuajar. La analogÃa de la danza marcial con el sexo y la lucha con espadas y el recrearse más de lo deseado en ésta, asà como el paso de continuas muertes dramáticas que luego no resultan tales prolongando más de lo necesario el desenlace de la pelÃcula, son elementos decisivos para convertir "Duelist" en una pelÃcula de opiniones muy dispares.
Escrito por Sergio Sierra