Repitiendo con el mismo grupo de actores el director nos muestra su visión sobria y realista de la polÃtica interna de la TrÃada Wo Shing. Ya han pasado dos años desde lo ocurrido en "Election" (2005) después de que Lok, Simon Yam, ganase el honor de poseer el bastón de mando de la ancestral organización. Su actitud calculadora, respetuosa y serena le convirtió en la mejor opción frente al excitable Gran D, Tony Leung Ka-Fai. Pero de nuevo llegan las elecciones para presidir la Wo Shing y Lok no parece dispuesto a dejar el cargo y ceder el poder. Jimmi, interpretado por Louis Koo, quien diera apoyo a Lok a pesar de saber a éste culpable de lo ocurrido a su jefe, ahora se ha convertido en un hombre respetable en el mundo de los negocios y no sólo se ha enriquecido él sino que ha permitido de manera oculta que muchos de la trÃada se enriquecieran. Eso le hace merecedor de presidir la triada y muchos quieren que acepte el puesto a pesar de que él no está interesado pues teme que sus negocios se perjudiquen. Mientras un ambicioso Lok empieza a mover los hilos de manera que le elijan a él, sin importarle sacar de en medio a todo aquel que le recuerde la tradición y sus obligaciones, Jimmi se ve obligado a pactar con el inspector de la policÃa Xi, You Yong, que ganará las elecciones por un lado para seguir manteniendo su estatus de respetabilidad de sus negocios y por otro para evitar una guerra interna en la trÃada. El enfrentamiento entre Lok y Jimmi les adentra a ambos en un terreno pantanoso donde las alianzas no son lo que parecen y los pactos poseen idénticos filos de un cuchillo.
En "Election 2" Johnnie To mantiene el estilo sobrio de su predecesora. Ésta no tiene el glamour de otras pelÃculas de acción de Hong Kong, ni hace alarde de espectacularidad visual ni de virtuosismos escénicos, pero es esa austeridad lo que hace creÃble el recorrido maquiavélico por el entramado de la polÃtica y la mente de los miembros de la Wo Shing. "Election 2" es frÃa como la gente que aparece en escena, gente sin ataduras ni complejos morales. El juego por el poder no hace concesiones en el mundo del hampa. Escenas de violencia se suceden de manera precipitada y despiadada y ni el más impoluto traje puede evitar mancharse de la sangre de sus enemigos.
Escrito por Sergio Sierra