Argumentaba que la banda sonora y, sobre todo, los efectos de sonido rozan ya lo previsible, hasta tal punto que lo musical se convierte en una especie de hoja de ruta que condiciona el sentimiento del espectador. El homenajeado y ausente David Lynch confirma que se puede ser más terrorÃfico con escenas como las mostradas en Carreteda Perdida, rodadas a plena luz del dÃa, que con toda una pelÃcula situada en un orfanato y repleta de almas de niños torturados que vagan por los pasillos. Kim Ki Duk también se sube al carro de terror involuntario. "Time" inquieta y agobia (ojo con la escena del beso en el aparcamiento, frustrado a golpe de luz de linterna). Y es una pelÃcula de amor. Obsesivo, pero amor, con la cirugÃa plástica y la mudanza de rostro como piedra angular para una historia de identidades cambiadas a marchas forzadas.
Duk va sobrado de estilo pero en "Time" demuestra algo más: que no todas sus pelÃculas tienen que estar construidas sobre silencios y acciones más intuidas que demostradas. Habituados a los personajes propios del cineasta, individuos que reaccionan con total normalidad ante eventos en absoluto normales (el hombre invisible muy visible de Hierro 3, por ejemplo), choca ver cómo uno de los protagonistas se comporta con el nerviosismo propio de una persona en circunstancias similares, lo que acentúa, ya de paso, esa inquietud y terror involuntario al que hacÃamos referencia un poco más arriba.
El jurado del Festival le dio una palmada en la espalda a "Time" con un premio al mejor maquillaje que huele más a reconocimiento camuflado. Lógico. De no ser asà la pelÃcula corrÃa el riesgo de pasar injustamente desapercibida. Y, definitivamente, no se lo merece.
Escrito por Xan Pita