CAPÍTULO UNO: EL EXTRAÑO DEL OTRO LADO DEL ESPEJO.
Aquel día había sido especial para Luis, a pesar de que el divorcio de sus padres estaba en pleno climax, había encontrado un pokémon legendario en la calle y había conseguido reunir un extravagante grupo de gente para llevar a cabo su documental. Era tarde pero el piso en el que vivía con sus padres hasta que decidieron que era mejor separar sus caminos estaba muy tranquilo y silencioso. Papá y mamá (por separado) estaban en diferentes lugares del mundo disfrutando de las vacaciones de verano. Luis decidió quedarse y los padres estaban encantados, así cada uno podía hacer su vida sin tener que arrastrar de un adolescente un tanto peculiar con alma de viejo.
Acababa de regresar del Sinister Bar, donde había quedado con los que formaría su equipo para rodar aquel extraño documental que trataba sobre las personas que creen que son vampiros. Hacía mucha calor y tras despojarse de la camiseta e introducirla en la cesta de la ropa sucia, se fijó bien en su reflejo. En el espejo se veía a él,(un chaval de unos quince años, delgado, con un divertido tupé, ojos claros y grandes, orejas pequeñas, una cara del montón y unos dientes perfectamente alineados) pero había algo que no encajaba, se acercó más y más y se asustó. Esa mirada, no era su mirada, parecía de otra persona, era como si intentará perforar su cuerpo intentando desentrañar cada célula buscando algún secreto. Parecía escudriñar su mente. No reconocía aquella imagen tan familiar.
La habitación se iluminó, una tormenta de verano cargada de electricidad dotó de más inquietud al momento. De nuevo las paredes del baño se tornaron blancas y un escalofrío recorrió su cuerpo cuando comenzó a sonar "Sweet dreams" en la versión de Marilyn Manson en el móvil del muchacho. Ahora no había lugar a dudas, algo extraño estaba pasando, al otro lado del espejo había alguien que no era él pero que tenía su cara. Luis estaba aterrado y en el cristal esbozaba una siniestra sonrisa. Se alejó de un salto cuando del espejo empezó a salir aquel ser con sus facciones, traspasaba el cristal como si saliera de una piscina. El espejo parecía líquido. Su otro yo se apoyó en el lavabo antes de poner los pies en el suelo y el espejo volvió a ser sólido. Luis quedó petrificado. Cuando Luis del espejo se aproximó, el joven miccionó, mojando casi por completo sus pantalones cortos. Avanzó hasta situarse lo suficientemente cerca para propinarle un buen puñetazo en la cara, del impacto se golpeó la cabeza con la puerta para posteriormente caer al suelo inconsciente.
Luis del espejo se agachó para comprobar que Luis respiraba y una vez lo hizo se dirigió a la habitación del joven, abrió su armario y rebuscó entre sus camisetas (casi todas ellas de películas o series) y sacó una negra con el logo de Los Cazafantasmas. Se dirigió a la puerta y tomó un llavero de E.T. que había junto a la misma. Cerró la puerta por fuera.
La tormenta no cesó y había mucha gente en la calle, mojándose bajo la lluvia, intentando paliar la calor de agosto.