Animal Man, está perdido y sufriendo, lo ha perdido todo y su familia ha sido asesinada; mientras tanto, el Psico Pirata ha vuelto a la carga, pero esta vez algo extraño le ocurre de repente puede imaginar y soltar sus creaciones de viejos y antiguos superheroes de comic y devolverles a la vida, y Overman, uno de los personajes más peligrosos que han cobrado vida por la imaginación de Psico Pirata debe ser detenido a toda costa. Es entonces cuando interviene Animal Man y los alienÃgenas que le dieron los poderes, ejerciendo aquà como observadores pero guiando a nuestro superhéroe para evitar el absoluto desastre que se les avecina.
El problema, llega cuando descubren que son sólo personajes de cómics, y que a pesar de "no ser reales" poseen el don de la eternidad, pues sus vidas e historias sobreviviran a los autores y seguirán siendo contadas. Sin embargo, al terminar y conseguir detener al Psico Pirata (El epÃlogo es tremendo, y espectacualr) Buddy llega al Limbo, y con la ayuda de curiosos personajes que lo habitan llega hasta lo que descubre que es su casa, pero allà descubre la terrible verdad: Es un personaje de cómic.
Todo por lo que Buddy Baker ha pasado, su sufrimiento, incluso su aspecto (con cambio de traje incluido) más oscuro y sombrÃo, todo lo que creÃa saber, y su mundo se viene abajo, tras descubrir la verdad sobre el y su misma esencia. En este tomo ya hay reminiscencias y connotaciones de los volumenes: El Origen de las Especies y El Evangelio del Coyote, donde dichos tomos nos van dando pistas de los acontecimientos venideros, y personajes que en un principio no parecen más que meros secundarios en la historia se convierten en personajes clave de la misma; mientras conversa con quien es su autor : ¡Grant Morrison!
Grant Morrison, se guarda un pequeño papel también vital para la existencia de Animal Man en una charla con el, donde le explica lo que ocurre y quien es y el por qué de lo que le ocurre, desarrollando una consciencia propia en su historia. Respecto al final y la conclusión del tomo, solo pùedo decir que hay que leerselo, toda una introspección y una mirada retrospectiva al mundo del cómic en un desfase del autor al más puro estilo de Peter Milligan.