La serie Civil War II  ha finalizado este mes su publicación en nuestro país con un epílogo titulado El Juramento (lo mejor del evento). Esta nueva guerra civil está escrita por el siempre interesante Brian Michael Bendis y dibujada con grandes dósis de épica por David Márquez.

  Bendis sabe lo que hace y es una de las estrellas de la Casa de las Ideas, es un guionista atrevido que dota a sus textos de cierta naturalidad y veracidad que convierte la lectura de casi cualquiera de sus cómics en toda una experiencia. Es creador de varias series y personajes de éxito así como el encargado de reinventar las aventuras del personaje estrella de la compañía. Con un escritor así nada podía salir mal. Desgraciadamente, la serie arranca con una premisa muy interesante para ir perdiendo fuerza conforme avanza. Un Inhumano llamado Ulysses posee el don de predecir atrocidades y hacer a los demás participes de sus visiones. Con tal poder sería fácil eliminar las amenazas antes de que sucedan y eso es lo que lleva a la Capitana Marvel (Carol Danvers) a enfrentarse con Iron Man (Tony Stark) que está en contra de neutralizar a nadie por unos actos que no se sabe si tendrán lugar o no. Se harán dos bandos según se posicionen los superhéroes implicados y un hecho sorpresa (no haré spoilers) provocará cambios en los equipos, como ya ocurriera en la anterior Civil War. Es muy significativo lo que ocurre pero como todos sabemos: nada es permanente en Marvel. La editorial elimina personajes y los rescata o modifica según el momento o las ventas.

  Con esta premisa, parecía que los libretos llegarían a las cotas de calidad de la anterior entrega y tras su lectura, encontramos un producto siempre entretenido pero muy inferior a su predecesor. En la otra Civil War se podía leer descaro en cada número, sorpresas desgarradoras y finalmente una resolución que resultaba incómoda pero era un cómic hecho sobre valores y que redefinió y preparó las cabeceras para los grandes eventos que llegaron después, aumentando la calidad con cada uno de ellos. Diez años después y tras la expectación creada y no han sabido mejorar lo que ya habían hecho y no se han atrevido a dar un paso adelante y cambiarlo todo, es un cómic que no incomoda y que da demasiado protagonismo a aquellos personajes que están escritos por el mismo guionista en sus cabeceras en solitario, sospechosamente Miles Morales o Iron Man tienen papeles imprescindibles, incluso surge una nueva serie para la que se ha estado preparando el terreno desde hace meses y que aprovecha muy bien lo narrado en esta guerra civil.

  En conclusión: un trabajo correcto que ofrece una lectura divertida pero tan limitada como lo fue la tercera película de El Capitán América en la que también se veían claras las intenciones de vender a Spiderman de cualquier manera. Parece que cuando el cine cambia los cómics todo se vuelve cine y se olvida que en las viñetas no debería de haber ningún límites. Eso sí, ventas geniales para un producto flojo. Esperemos que la tercera Civil War (que seguro que la hay) sea mucho más atrevida.