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Póster:
- Titulo Original: Morbius
- Año: 2022
- Director: Daniel Espinosa
- Guión: Matt Sazama y Burk Sharpless. Cómic: Gil Kane y Roy Thomas
- Reparto: Jared Leto, Matt Smith, Joseph Esson, Adria Arjona, Jared Harris y Tyrese Gibson
- Duración: 109 minutos
Justo un mes después del estreno de The Batman, otro personaje, cuyo mundo rodea la figura de los mamíferos voladores nocturnos, irrumpe en cartelera con supuesta fuerza. Comercial, claro está. Un nuevo personaje Marvel que Sony se ha sacado de la manga en su venomverso, que ya desde Habrá Matanza está comenzando a ser compartido con el MCU. Pero eso es otroa historia.
El Doctor Michael Morbius (Jared Leto) es un bioquímico que sufre una extraña enfermedad en la sangre. Al intentar curarse y dar una respuesta a su trastorno se infecta sin darse cuenta con una forma de vampirismo. Tras la cura, Michael se siente más vivo que nunca y adquiere varios dones como fuerza y velocidad, además de una necesidad irresistible de consumir sangre. Trágicamente convertido en un imperfecto antihéroe, el Doctor Morbius tendrá una última oportunidad, pero sin saber a qué precio.
Leto se mete en la piel de este nuevo antihéroe de forma anodina, para no desentonar con el constante de la película en sí. Su comienzo es bien ilusionante, y comienzas a pensar si todas esas críticas destructivas que iban llegando no eran más que otra estúpida moda hater inmerecida como le ocurrió a, por ejemplo, Cuatro Fantásticos. Pero con el paso de los minutos esta teoría se deshace para dejar claro que la película no lleva a ninguna parte. La sigues por simple inercia, pero tanto los acontecimientos como el desarrollo de los mismos se llevan a cabo de forma vaga, tal vez con un exceso de tijera en montaje con secuencias que forman parte del corte final, como tal vez otras que se antojan filmadas, pero no incluidas en la película. No es de extrañar vistas las Venom anteriores y como se las gasta la compañía o, sobre todo, el buen hacer de su director Daniel Espinosa (Life, 2017).
Todo es tan convencional que da pereza extrema cuando ya se ha iniciado el conflicto, que es justo cuando menos debe ocurrir esto. Las secuencias se resuelven de manera muy random y algunos de los personajes vienen y van sin que pinten demasiado en la historia, como es el caso de Tyresse Gibson y su compañero policía.
En muchos aspectos, incluido ese halo comercial conformista que termina desembocando en caos, recuerda sobremanera a producciones de superhéroes de los dosmiles, cuando aún se asentaban las bases, algo imperdonable en 2022, o a esas cintas que se nutrían de personajes míticos del folclore de horror universal para facturar una cinta de acción más que regulera, véase Yo, Frankenstein.
Porque naufraga hasta en ese campo, las secuencias de acción no se ven con claridad en prácticamente ningún momento. ¿Falta de presupuesto? No lo creo, pero sí de criterio en la sala de edición.
Luego tenemos las secuencias post-créditos, santa Biblia para cualquier producción marvelita, que crea el nexo con el UCM mediante el personaje del buitre de Michael Keaton, aprovechando el conjuro de Strange en los eventos de Spiderman No Way Home. Son, sin más, bastante sosas y poco explicativas.
En resumidas cuentas, se ha introducido un nuevo personaje que se antojaba molón, un cruce de terror y superhéroe tipo Spawn, que ha resultado ser un “meh” en toda regla. Más suerte la próxima vez.