En los últimos años el cine de terror ha explotado el mundo semita en numerosas ocasiones. De aquí, han salido títulos que, sin llegar a ser el culmen del género, sí nos han dejado buenos momentos con secuencias interesantes como La semilla del mal, The Possession o la más reciente y revisada en este medio por servidor The Vigil.

The Offering plantea más o menos lo mismo que las citadas, expandir en pantalla la imaginería demonológica judía, la cual es bastante rica e inquietante.

Desesperado por pagar sus deudas, un hombre intenta secretamente manipular a su padre para que venda su funeraria. Sin saberlo, desatará a un espíritu maligno que tiene la mirada puesta en su esposa embarazada.

Ya desde la génesis asistimos a un prólogo tipo, comedido y que exhibe sus intenciones de no ser una cinta presuntuosa o pretenciosa y que, por lo tanto irá al grano, sin interpretaciones o mensajes indescifrables para que el espectador se tire de los pelos o tenga que colocarse un monóculo para comentar el film post-visionado. Sé que sabéis que eso es de agradecer. Mas allá nos presenta la típica historia con demonio (demonia en esta ocasión) hija de puta máxima con intenciones tan oscuras y desagradables como puede ser robar un bebé. A medida que avanza el metraje se va desenmascarando la historia y mitología principal de “Abyzou”, así se llama el ente. Entre todo esto, el señor director Oliver Park se va despachando súper a gusto con un aluvión bastante heavy de jump scares, que sí, hará las delicias de muchos, pero convertirá las salas en un infierno. Y no por el susto en cuestión.

En algunos momentos tiene ese prisma de terror gótico necesario para ser satisfactoria, y tampoco faltan la niña creepy de turno y algún que otro momento found footage, por lo que podríamos catalogar The Offering como una cinta de horror tanto genérica como efectiva.

Son presentes en el ambiente las reminiscencias a clásicos contemporáneos como Insidious o Sinister, pero a la peli de Park le falta la personalidad y el atrevimiento de ambas, por lo que se queda a medio camino entre ser valiente y arriesgar y conformarse con facturar una producción que por mucho que vaya a funcionar, no perdurará en el tiempo en exceso.

En resumidas cuentas, no inventa nada y en ocasiones es dispersa, pero es tiene la suficiente fuerza como para aguantarte pegado a la pantalla con intriga durante toda su duración. Gran parte de su fuerza reside en crear un universo original para su trama.