El cine de terror nos ha obsequiado, con el paso de los años, con varios “juguetes malignos” que han hecho las delicias de los espectadores gracias a sagas como Muñeco Diabólico, Annabelle o Puppet Master. Pero también las ha habido menos acertadas, como la infame franquicia de Robert The Doll. En cualquier caso, este 2023 nos ha llegado la nueva apuesta en colaboración de Blumhouse y Atomic Monster, la compañía del mismísimo James Wan, que ahora además se fusiona con los de Jason Blum. Ya en 2022 los primeros avances de M3gan convirtieron el film en trendie y la expectación era máxima con estreno y presentación en sociedad de la muñeca con IA M3gan.

M3GAN es una maravilla de la inteligencia artificial, una muñeca realista programada para ser la mejor compañera de los niños y la mayor aliada de los padres. Diseñada por Gemma, M3GAN es capaz de escuchar, observar y aprender mientras se convierte en amiga, profesora, compañera de juegos y protectora del niño al que se vincule. Cuando, inesperadamente, Gemma se convierte en la tutora legal de Cady, su sobrina huérfana de 9 años, no sabe muy bien qué hacer ni se siente preparada para ejercer de madre. Sometida a un intenso estrés laboral, Gemma decide vincular su prototipo de M3GAN a Cady en un intento de resolver ambos problemas, pero no tardará en descubrir las inimaginables consecuencias de su decisión.

No cabe duda de que la película es entretenida, hasta graciosa si me apuras en varios puntos, haciendo gala de un humor negro enblanquecido, lo justo y necesario para que pueda estrenarse en salas y posteriormente tenga una buena vida en streaming. En este sentido es satisfactoria, debido a que cumple con su cometido y te hará pasar un buen/mal rato. Incluso me aventuro a decir que puede que, si la saga se estira, algo que parece que ocurrirá, faltaría más, M3gan puede situarse como un nuevo icono de terror moderno mainstream, e incluso quien sabe si podrá sentarse en la misma estantería que nuestro querido Chucky. Aunque obviamente, nunca será lo mismo.

Intenta ser el mentado muñeco diabólico para las nuevas generaciones, con todos los avances tecnológicos propios del nuevo milenio y una inteligencia artificial que es el arma del que más tira el guion a la hora de construir ese halo creepy que tanto necesita una cinta de estas características. En mi opinión, puede llegar a cojear en el otro elemento necesario para llevar a cabo esta atmósfera, véase el diseño de la muñeca. Hasta el tercio final, claro. Puede llegar a rozar el umbral inquietante, con esa forma humana que, en el fondo sabemos que no lo es y por ello produce escalofríos, pero hay muchos diseños de jugadores del FIFA que son bastante más involuntariamente aterradores.

No termina de ser todo lo terrorífica que otros, sobre todos a los que hacía alusión en el primer párrafo de este texto, si tenían. Y, sobre todo, carece de un factor sorpresa que no sitúa la película a la altura del hype que había con ella. ¿Quién tiene la culpa de esto? Las mentes avispadas y con buena memoria podrán recordar el remake de 2019 de Muñeco Diabólico, donde el argumento nos presentaba al juguete maníaco como una IA, y no como el muñeco poseído por un asesino en serie, el genuino. En mi opinión, vista esta, esta vista M3gan, eso sí, nunca está de más, sobre todo por ese acertado tono de comedia que inunda la cinta de principio a fin. Con todo, la sombra de Chucky es alargada.

En resumidas cuentas, un cliché bien compuesto que inicia un nuevo universo que veremos en que acaba. Tiene una cosa muy buena, y es que te deja con ganas de más. Eso ya es un logro dentro del subgénero en el que se mueve.